1. A mi pueblo

A polvo me sabe el camino
a charcos y a escambrones
y a la sombra del ramaje
en silencio los gorriones.

A almíbar me sabe la viña
y a sol los girasoles,
en la caída de la tarde
un canto de ruiseñores.

A fresco me huele el huerto
y a perfume sus flores
y el agua de la fontana
un espejo que no se rompe.

A miel me saben tus besos
en tarde color de cobre,
que en tus brazos yo me siento
con cuerpo todo de hombre.

Qué niña duerme la luna
sobre la cuna del monte
y en las jaras retorcidas
su luz en ellas se pone.

En magia mil farolillos,
en bruma y soledad el bosque
y en las ramas del almendro
mil copos de nieve en brote.

El camino de mi pueblo
se adelgaza y se encoge,
en tinieblas cantan grillos
y en el claustro los monjes.

Que en esa plegaria dormidos
los niños con rostro de soles
a miel me supo la campiña
y en mi pueblo me hice hombre.
7.10.1993

2. A Mari

Pastel de nieve tu boca,
tu boca perfuma el viento,
corazón blando y de arena,
tu alma me habla en silencio.

Leche en rocío tus pechos,
fontana que da la vida,
y en esa tarde en incienso,
racimos que doran tu viña.

Rosa son tus mejillas,
tus labios como granadas,
y en esos tus ojos marisma
se está bañando mi alma.

Caricia, sonrisa y alba,
ensueño que se hace pecado;
que el fruto de esa manzana
madura en tu seno sagrado.

Vestido en almíbar cuajado
ese tu amor tunante,
por doquier y enajenado,
buscan mis labios besarte.

Que sueño pequeño y grande,
envuelto en la sal de tus olas
y en ese rubín de la tarde
me está oliendo ya a rosas.
10.3.1993

3. Al pino de mi tierra

Tu traje verde vejiga,
agrietado tu tronco en siena,
enraizada en polvo y en tierra
tu vida entre jara y encinas.

La clara luz de Castilla
en mimo de luz te besa,
y en esa tu piel añeja
canciones están esculpidas.

Hongo gigante en la cima,
silencio en tu ser y quimera,
anuncio de primavera,
como rosa en el monte perdida.

La Virgen del Aviso divina
como madre te tiene a su vera,
y en ese perfume a la cera
la Virgen te besa y te cuida.

Canta el jilguero a tu orilla
y el viento contigo juega,
el conejo escarba la arena
de tu sombra gigante fría.

Está marcada tu vida
en lo alto de la ribera,
y es que el sol te la llena
y la luna te da su caricia.

Pino escarchado de brisa,
¡qué sabia llevan tus venas!,
¡qué virgen está tu madera!
y en tierra del vino te ubicas.

Nube en verde teñida,
tu copa con traje de seda,
cuna de sol y de estrellas,
pino que al cielo te arrimas.

Brota en tu piel la resina,
y juega contigo la abeja,
y por esas tus ramas añejas
se pasean un ciento de ardillas.

¡Qué bonito y qué maravilla!,
es poder tenerte tan cerca,
y a ti dedicarte una fiesta
con labriegos en romería.

Y es que entre sueños y rimas
va a llenarme de pena,
si alguien te corta o te quema,
por odio fundido en envidia.

Pino de la noche y el día,
guardián de mi Casaseca,
rey del monte de Gema,
y de Zamora reliquia.

Brindo a ti esta poesía,
la diré de verbena en verbena,
y a la luz de la luna llena
pediré a Dios que te bendiga.

Y es que tu compañía
hace a Zamora más bella,
vive y crece y muere en ella,
en recuerdo de mi provincia.
12.9.1993

4. A Zamora

Pssss… ! callad, silencio !
que en el regazo de Castilla
sueña mi eterna Zamora,
de gala vestida y de moza,
entre murallas recogida.

Sueño mecido en tu cuna,
que tu vida es mi vida,
y por esos valles y lomas
de sol sus campos se toman,
y nacen las golondrinas.

Besando tus muros benditos
te va cantando la brisa,
y por esas calles de ronda,
con pinchos, cafés y unas copas,
mi tierra se vuelve divina.

Zamora, de hombres valientes,
ciudad de gente sencilla;
no se hizo en una hora
esa tu digna corona,
en oro, perlas y amatistas.

Aldeanos rudos, caballeros,
poetas, pintores y artistas,
hombres duros como rocas,
dulzaineros tocando sus coplas
hicieron marca en mi villa.

El Duero te besa y te canta
y una oración te musita;
allá arriba en la picota
tu catedral vieja y remota
en madre se vuelve erguida.

Calle de Herreros y Lobos
borrachas en ajo y en viña;
se hacen agua las bocas,
con picantes tapas jugosas,
aliñadas en tus cocinas.

Dorados están tus trigales
y en silencio tus campiñas;
en tus valles mil amapolas,
provincia oliéndome a rosas,
a romero, tomillo y encinas.

Zamora, perdida en el llano,
en cuna de Duero dormida,
de capa vestida y de toga,
por madre te tengo señora,
rico tesoro y santa reliquia.

Sellado tu ser en el tiempo
tu historia en bronce fundida,
te da Viriato su sombra,
y en mágico duende te ronda
y te protege y te vigila.

Tierra ruda y valiente
Zamora amada y querida;
me diste tú tantas cosas,
que en un manizo de rosas
te entrego mi ser y mi vida,

pues eres pequeña y hermosa,
buena, humilde y bonita.
21.1.1994

5. Rasgos y deseos

Incendio,
que vengan ángeles bomberos,
que apagando en mí el fuego,
habré de morirme y al cielo.

La brisa,
que siendo barquito de vela,
por esa marisma me llevas,
y tu soplo me acaricia.

Te siento,
que en rojo cereza se han vuelto
tus labios, robándome un beso,
hasta quitarme el aliento.

Sonrisa,
que en esta tu tez morena,
la luna se vuelve de seda,
y en ella se acuna y cobija.

Hambriento,
quizás de triunfo y destellos,
quizás de paz y de ensueños,
sin ir por la vida harapientos.

Fuentilla,
que ha de nacer en mi sierra,
riega la roca, rueda la piedra,
y corre por mí cristalina.

Incienso,
porque en mí yo te tengo,
que está oliendo tu cuerpo
a jazmines que lleva el viento.

Amatista,
perdida en desierto de arena
mi alma perdida se queda,
y nace de nuevo en artista.

Tientos y cantigas,
sonrisas y lamentos,
se vuelve el mar en arpegios,
por los que navega la vida.
5.2.1994

6. Cabalgando

Te han clavado la espuela
caballo de crines blancas
y en ese tensar de las bridas,
tu piel dolida y herida,
se encoge en dolor y adelgaza.

Trotando por la vereda
y a galope por la majada,
se va gastando tu vida,
caballo en pintas teñidas,
en sol, en oro y en plata.

Eco tu relincho en la sierra,
juguetón y casi con alas
vas recortando la brisa,
caballo de blanco y ceniza,
por valles y por vaguadas.

Se ha arrimado a la cerca
casi al romper el alba,
ese copito de nieve,
y envuelto en rocío duerme,
con viento y sabor a montaña.

Toqué tu lomo de seda,
acaricié tu cuerpo y espalda,
y al despertar la noche oscura,
¡mira por cuánto y por dónde!
cabalgando yo estaba.

Con cuerpo de jinete en sueño.
cabalga que te cabalga.
25.6.1995

7. Silencio

Un momento de silencio
para dárselo a mi vida,
que conmigo yo me encuentro
al atardecer del día.

Será que la vida es sueño
y el sueño una melodía,
será que la vida es cielo
y el cielo una poesía.

Un segundo, mi cerebro
a lejanas tierras partía,
a la busca de recuerdos
que a mi alma entretenían.

Retorné de niño al pueblo
de donde yo procedía,
jugando al aro retuerto
y a hacer otra vez picardías.

Y en la vuelta a ser pequeña
mi alma pura se hacía
que un segundo, voy despierto,
caminando al mediodía.

Que en la calma nace un rezo
y al amar una cantiga,
un momento me estremezco,
pues el ruido me fatiga.

Será en viejo aposento
donde yo mi historia describa,
por ese camino incierto
y de cierta melancolía.

Será que la vida es sueño,
y el sueño un ser con poesía.
10.9.1995

8. A las aves

Colibrí de la primavera
que estás buscando una rosa,
vuela a mi alma mimosa
y liba su rico néctar.

Ven a mi casa, paloma,
en vuelo de mensajera,
ven a posarte a mi vera
y arrulla mi m vida corta.

Jilguero, pintado en mi barca,
con arpegios de alma loca,
en rimas tu brisa me sopla
y tus coplas mi sentido besan.

Que venga a mí la gaviota,
en viento hinchando sus velas,
y entre lunas y mareas,
posa tu blancura en mis rocas.

Calandria de la pradera,
envuelta de mariposas,
cantando recitas mil notas
que a mi corazón apresan.

Alondra de sementera,
canta al nacer la aurora,
que con tu vuelo de ronda
florecerá mi pradera.

En vuelo de luz misteriosa,
el ave que ronda mis penas,
me quita toda condena
y sus trinos a mi alma la roban.
3.7.1995

9. A las seis de la tarde

Solo, en oasis de silencio,
a las seis de la tarde;
solo con mil recuerdos,
que en mi cerebro arden.

La música a lo lejos,
los ruidos por la calle;
en paz yo me embeleso,
sin molestias de nadie,
y solo, me hago viejo
a las seis de la tarde.

El sol se está escondiendo,
el día en noche se hace,
y en mi alma enciendo
los recuerdos a mi madre.

Hoy se ha muerto el viento
y el crepúsculo ya se abre,
como un abrazo en el cielo
nacerán mil diamantes,
y velarán a mi sueño
a las seis de la tarde.

Tres golondrinas en vuelo
vestidas en negro azabache,
me acompañaron de lejos
a las seis de la tarde.

Silencioso y en venero
me embriago yo de arte,
que estas líneas y versos
la magia de paz reparten
y me están regalando un beso,
a eso de las seis de la tarde.
7.7.1995

10. Entre dos aguas

He nacido para soñar
por senderos de la vida;
será quizás un delirio,
será que siempre soy niño,
balbuceando fantasía.

He soñado para trovar
un verso junto a la ermita;
será por mis seres queridos,
será por mi padre y amigos,
en descanso y paz bendita.

He trovado para cantar
mil versos y melodías;
que en loco de pobre mendigo,
voy por el mundo perdido,
mendigando hasta alegría.

He cantado para rezar
de noche y al mediodía;
y en ese frágil suspiro,
mi alma en piadosos latidos,
en ángel de luz revestida.

He rezado a caminar
por valles y serranías;
y si hago al andar camino,
me habrá señalado el destino,
que irá persiguiendo mi vida.

He caminado para beber,
el agua de tu fuentilla;
que sediento de lo divino,
iré a recoger el rocío,
que me bañe y me bendiga.
8.8.1997

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